Para un viajero es común contratar un tour que lo lleve a lugares que despierten su interés o que le brinde la comodidad de un traslado y el apoyo de un guía especializado que haga mucho más interesante conocer un sitio nuevo. Sin embargo, el gran viajero no sólo disfruta de esos detalles, sino que también siente pasión por las pequeñas recompensas que le brinda la naturaleza, el contacto con la gente o el descanso en un bello parque. Es el caso exacto del Malecón de Mazatlán: un lugar que se ha convertido en toda una experiencia y una visita imperdible si estamos en la capital de Sinaloa.
Caminar a lo largo de este icónico lugar te ofrecerá múltiples opciones, pues conocerás los diversos monumentos que se han colocado a lo largo de sus 21 kilómetros de extensión que, por cierto, lo convierten en el más largo del mundo.
Entre las actividades que no puedes dejar pasar están las siguientes:
1. Probar su deliciosa comida. A lo largo del malecón encontrarás maravillosos restaurantes en los que podrás disfrutar del delicioso pescado zarandeado, camarones al coco y, desde luego, el original y muy tradicional aguachile.
2. Pasear en bici. Renta una bici y recorre el malecón para que puedas conocerlo de principio a fin, así tendrás la oportunidad de decidir dónde quieres comer o cenar y seleccionar algún lugar para tomar un café por la tarde.
3. Escuchar la tambora. No necesita ser un día especial para que puedas escuchar la buena tambora, sólo tienes que estar atento, aguzar el oído y dejar que sus ritmos alegres te contagien y te sientas como un verdadero mazatleco.
4. Pasear en pulmonía. ¡Sí, así se llama! Nos referimos a una especie de carrito de golf que fue introducido en Mazatlán más o menos por 1965. En un intento por ofrecer un transporte ágil, cómodo y carismático al turista, el empresario Miguel Ramírez Urquijo adquirió las diez primeras unidades, sin imaginarse que se convertirían en todo un emblema de la ciudad, a tal grado que se ganaron un monumento en el que los visitantes deben tomarse la foto para constatar que estuvieron en este maravilloso lugar.
5. Visitar el faro. Hazlo muy temprano o bien por la tarde. Tendrás que subir una cuesta porque está ubicado en la cima del cerro del Crestón. La caminata algunas veces puede resultar un poco cansada, pero cada paso valdrá la pena cuando disfrutes del amanecer o del espectacular atardecer, que muy seguramente será una explosión de tonalidades moradas, rojas, rosas y azules, un bello regalo para la vista y para el corazón.
El sol se ha puesto y el malecón te invita a que disfrutes del sonido del mar, de un helado, un rico café, una cerveza o hasta un tequila. No importa lo que decidas, la experiencia de haber paseado por este sensacional lugar quedará grabada en tu mente para siempre y aún antes de irte tendrás la sensación de que algo de ti se queda en Mazatlán y te dejará el deseo de volver una y otra vez.
Además del malecón programa tu visita para que puedas conocer los alrededores: sitios como el Acuario; la Isla de la Piedra; los pueblos de la sierra como Malpica, Concordia, Copala o El Rosario, lugar donde nació Lola Beltrán. Incluso podrás liberar tortugas en una reserva natural. Recuerda que si deseas un poco de ayuda sólo debes llamarnos y con gusto seremos parte de la aventura. Estamos para servirte.
¡Saludos, viajero!
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