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¡Llegó Navidad!



Una Navidad diferente, en la que no podremos estar con toda la familia festejando o repartiendo abrazos a todo mundo, la cena navideña será mucho más íntima y reservada únicamente para nuestros seres más próximos. Eso no nos impide llenar una copa y brindar, deseando que esta época nos traiga alegría, tranquilidad y paz. Es momento de preservan una de las tradiciones familiares más arraigada entre nosotros: abrir una buena botella de sidra, fría, espumosa y deliciosa para decir un gran ¡saluuuuuuud!

Esa bebida, hecha de manzanas, se convirtió en todo un acontecimiento y una gran tradición. Es emocionante esperar ese momento en el que poco a poco el tapón va saliendo, los segundo se hacen eternos, todo está en suspenso y de pronto una explosión lanza el pequeño proyectil directamente ¡a la próxima persona que se va a casar! bueno, eso es lo que la tradición dice, por si las dudad, debes estar atento. En seguida llenaremos nuestras copas de la maravillosa y burbujeantes sidra. Los colores pueden variar, desde un amarillo casi transparente hasta un rosado, es cuestión de gusto, pero el delicioso sabor satisface hasta los paladares más exigentes.

Aunque la sidra surge en Europa los mexicanos adoptamos la tradición, y teniendo las condiciones perfectas para el cultivo de la manzana pronto empezamos a crear sidras deliciosas y de excelente calidad. ¿Dónde? Claro, Puebla fue el lugar propicio para el surgimiento de esta gran industria de la que ahora comunidades completas viven, el ejemplo más claro es Zacatlán de las Manzanas. Su nombre lo dice todo, allá podrás encontrar las mejores sidras de todo México. Desde la Ciudad de México harás un recorrido de 2:45 min. aproximadamente, pero créeme que valdrá la pena. Y no solamente para que pruebes y lleves a casa una buena dotación de sidra. Zacatlán tiene también una arraigada tradición relojera, cuenta con famoso Museo de la Relojería Alberto Olvera Hernández y haciendo honor a esta tradición también cuentan con uno de los relojes más bellos que podrás imaginar: un enorme reloj de flores, ¡de cinco metros de diámetro!


En Zacatlán también podrás dar rienda suelta a tu espíritu aventurero, cerca de ahí hay cascadas, el increíble Valle de las Piedras Encimadas, y mucho más, creéme, mucho más. De regreso pasa a Chignahuapan a comprar las más hermosas esferas navideñas, las cuales todavía son hechas de vidrio soplado, al más puro y tradicional estilo.


Dedícale un fin de semana a este maravilloso lugar y no olvides traer suficiente sidra para poder hacer un delicioso brindis con todos tus familiares y amigos, una vez que podamos hacerlo.


Felices fiestas, un maravilloso año y mucha salud, acompañada de sidra, por supuesto.


¡Saludos, viajero!

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