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“Para todo mal, mezcal; para todo bien, también…”



De entre todos los manjares que ofrece la cultura oaxaqueña, hay un elíxir digno de los dioses: el mezcal.

Cuenta la leyenda, que Mayahuel era una joven hermosa, nieta de una Tzintzimitl (divinidades prehispánicas malignas). Cierta noche, Quetzalcóatl y Mayahuel se encuentran para amarse, convertidos en la forma de un árbol bifurcado; pero cuando la Tzintzimitl despierta y no ve a su nieta, baja a la Tierra a buscarla y la descubre con Quetzalcóatl, apenas separándose de las ramas. Entonces, despedaza a Mayahuel y abandona sus restos para que sean devorados. Quetzalcóatl los entierra y de ellos brota la planta del maguey o agave; de la cual se producen el pulque, el tequila y el mezcal.



Existen muchas variedades de mezcal, los cuales dependen del tipo de agave, el clima, la técnica de destilación y del recipiente en donde se le deja reposar. Sin embargo, en esta ocasión vamos hablar de algunos datos curiosos de esta tradicional bebida.

Su origen sagrado

De acuerdo con algunos historiadores, el pulque y el mexcalli —de metl, ‘maguey’ e ixcalli ‘cocido’, “pencas de maguey cocidas”— eran bebidas destinadas a rituales sagrados, y su consumo era exclusivo de las clases dominantes del México prehispánico; sin embargo, dichas bebidas se popularizaron a partir del siglo XVI con la llegada de los españoles al territorio que comenzó a llamarse Nueva España.

Denominación de origen

Solamente siete estados de la República Mexicana cuentan con esta distinción: Oaxaca, Guerrero, Durango, San Luis Potosí, Zacatecas, un municipio de Guanajuato y siete municipios de Tamaulipas. Debido a lo anterior, cualquier bebida destilada producida fuera de estos estados y municipios, no puede llevar el nombre de mezcal. De las más de 200 especies de agave conocidas, 150 son endémicas de México y sólo 40 de ellas permiten la destilación de mezcales, cada uno con características distintivas.




Bueno para la salud

El consumo de mezcal favorece la salud digestiva, combate el insomnio, ayuda a eliminar el colesterol y lípidos altos; previene riesgo de enfermedades mentales y mejora el sistema óseo. Pero recuerda: ningún exceso es bueno.

No genera resaca

Gracias a que la destilación del mezcal es orgánica, y por las condiciones extremas en donde se cultiva, no se necesita de conservadores, fertilizantes ni sustancias sintéticas para procesarlo. Por lo anterior, la cruda es casi imperceptible.



Ahora que ya sabes más de esta especial bebida, no pierdas la oportunidad de visitar Oaxaca y probar alguna de sus muchas variedades… Llámanos, con gusto te asesoraremos para que tengas la mejor de las experiencias, ¡Salud!

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